Deriva Continental
Deriva Continental
Cuando hablamos de la deriva continental nos estamos
refiriendo al desplazamiento constante de las masas continentales que ocurren
en la Tierra, las cuales pueden irse acercando o alejando conforme pasan
millones de años.
La deriva continental es una teoría que fue publicada por
Alfred Wegener (1880 – 1930), un geofísico alemán en la que explicaba el
movimiento que han tenido los continentes a lo largo de la historia de la
Tierra.
Al igual que muchas otras teorías que desafiaban lo que las
personas creían o sabían, la inicio la teoría de la deriva continental fue
recibida con mucho escepticismo, incluso por parte de la comunidad geológica.
Fue hasta de la década de los 60s que, cuando se tenía una
mayor comprensión de las placas tectónicas, la teoría de Wegener fue más
aceptada como una explicación de lo que sucedía con el movimiento de los
continentes.
Sin embargo, también es importante notar que la teoría de
que “los continentes pueden encajar muy bien como piezas” no es nada nueva. Esta
idea se puede remontar bastante, sobre todo al siglo XIX cuando el naturalista
alemán Alexander von Humdoldt realizó dicha teoría.
Hoy en día se conocen distintas evidencias que respaldan la
teoría de la deriva continental, entre las cuales podemos destacar las
siguientes:
Los continentes tienen una gran “coincidencia” en su forma.
Los límites de cada una de las plataformas continentales pueden fácilmente
encajar con otras.
Se ha encontrado evidencia geológica sobre la cercanía de
los continentes, sobre todo las formaciones montañosas y rocosas que tienen la
misma edad y el mismo tipo de piedra. Se trata de evidencias que muestran el
mismo tipo de proceso metamórfico en los distintos continentes, incluso entre
los más alejados.
Se han realizado análisis paleo climáticos con distintas
rocas del subsuelo para poder determinar el clima antiguo de algunas de las
regiones de la Tierra, de las cuales hoy en día se puede decir que carecen de
sentido con su distribución continental actual; pero que en un continente
unificado serían posibles.
Hay fósiles animales y de plantas de los mismos animales en
las distintas costas continentales, lo cual explicaría a la perfección que en
algún momento los continentes estuvieran muy juntos.
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