Des-colonización
Descolonización
Se denomina “descolonización” al proceso
que a partir de 1940 llevan adelante las naciones africanas y
asiáticas para obtener su independencia del dominio directo o indirecto
ejercido por las potencias desde el siglo XIX.
1.1
LA SITUACIÓN COLONIAL
Eric
Hobsbawm, en su libro Historia del siglo XX, se expresó en los
siguientes términos: “En el curso del siglo XIX un puñado de países –en su
mayor parte situados a orillas del Atlántico norte- conquistaron con increíble
facilidad el resto del mundo no europeo y, cuando no se molestaron en ocuparlo
y gobernarlo, establecieron una superioridad incontestada a través de su
sistema económico y social, de su organización y su tecnología. Así pues, la
historia del mundo no occidental (o, más exactamente, no noroccidental),
durante el siglo XX estuvo determinada por sus relaciones con los países que en
el siglo XIX se habían erigido en “los señores de la raza humana”, según
palabras del investigador.
Las
razones que determinaron esta expansión están vinculadas al desarrollo de la
Revolución Industrial y a la consolidación del sistema capitalista.
Los
países industrializados necesitaban materias primas baratas y zonas donde
invertir los excedentes de capital.
En
1913, las tres cuartas partes de la inversión inglesa en los países del
ultramar estaban concentradas en deudas de los Estados: puertos, ferrocarriles
y navegación.
Por
otra parte, las colonias servían como zonas de colocación de mercadería
excedentaria. El mercado europeo no podía absorber todo lo que la pujante
industria producía; disminuir la producción implicaba la reducción de la
ganancia. La propiedad privada del capital y la obtención del máximo beneficio
son dos de los postulados básicos del sistema capitalista que, para sobrevivir,
debió recurrir al imperialismo. El capital excedente de las potencias era
utilizado para otorgar préstamos a los gobiernos o en la infraestructura
necesaria para el mejor aprovechamiento de las riquezas de las colonias o
semi-colonias.
Si
bien la capacidad de demanda de productos elaborados, por parte de las
poblaciones coloniales, era mínima –dado su bajo poder adquisitivo- si se
considera solamente a los habitantes de China e India, se encuentra alrededor
de 700 millones de probables consumidores. Estos alcanzaron para mantener en
funcionamiento a la industria británica de prendas de algodón.
Era
imprescindible mantener la completa ruralización de las economías dependientes.
El
sistema económico estaba basado en un intercambio desigual: las colonias eran
productoras de materias primas o alimentos y consumidoras de productos
manufacturados. Los sistemas productivos nativos fueron distorsionados,
obligando a los habitantes a cultivar aquellos productos que interesaban a la
metrópoli. Se estableció el monocultivo, lo que, por una parte, obligó a
comprar productos que antes se producían en la zona y, por otra, agotó, por
excesiva explotación, las diferentes producciones. La consecuencia inmediata
fue el descenso en el nivel de vida.
La
distorsión social y cultural fue igualmente importante. Al imponerse el sistema
de producción capitalista, se modificaron las formas nativas de trabajo,
prevaleciendo el trabajo asalariado, con jornales miserables y las pautas de
consumo de Occidente.
Las
políticas “modernizadoras que impusieron las potencias determinaron la
inclusión de estas zonas de menor desarrollo en la llamada “periferia” del
sistema capitalista, lo que trajo como consecuencias el subdesarrollo y la
acentuación de la dependencia.
En
el plano cultural, se permitieron las creencias y pautas de conducta
nacionales, en tanto estas no interfirieran con las necesidades del país
dominante. Si , por ejemplo, motivos religiosos prohibían el establecimiento de
un aeropuerto en una determinada zona y este era necesario por razones económicas
o estratégicas para la potencia, las creencias religiosas eran ignoradas y
vulneradas.
Los
europeos justificaban la dominación basándose en dos argumentos: la
superioridad de la raza blanca y la incapacidad de los indígenas para
autogobernarse.
Durante
mucho tiempo los nativos, a pesar de pertenecer, en algunos casos, a
civilizaciones milenarias con fuertes tradiciones (China, India, por ejemplo),
tuvieron un fuerte sentimiento de inferioridad frente al hombre blanco, que
aparecía como invencible. Revertir este sentimiento, tomar conciencia de la
injusta explotación, reconocerse a sí mismos el derecho a la libertad, fueron
los pasos previos y necesarios al comienzo de la lucha por la descolonización.
1.2 RAZONES QUE IMPULSARON EL PROCESO DESCOLONIZADOR
Durante la Primera Guerra Mundial, los estados coloniales se vieron
obligados a contribuir con los países europeos en guerra. Tuvieron que enviar
soldados y aumentar las obligaciones económicas para con estos.
El
colonialismo del siglo XX fue mucho más férreo que el del siglo XIX. La
decadencia económica provocada por la guerra hizo que las potencias europeas
aumentaron la presión sobre sus colonias, generándose una situación explosiva
de profundo descontento.
Pero
fue la Gran Depresión del 29 la que determinó un choque violento entre los
intereses de las metrópolis y de sus colonias, que las primeras
hicieron recaer la crisis en las segundas, bajando el precio de las materias
primas y no el de los productos manufacturados, como forma de disminuir los
efectos negativos de la crisis en sus propios países.
El
colonialismo comenzó a ser rechazado incluso por los sectores económicos
nativos que en otros tiempos se habían beneficiado con él. Las incipientes
burguesías nacionales se volvieron anticolonialistas.
Estos
grupos indígenas minoritarios, algunos educados en la propia Europa, habían
recibido la influencia de las ideologías occidentales. En primer lugar, del
liberalismo, que proclamaba la libertad individual y el derechos de
autodeterminación de los pueblos. En segundo lugar, estuvieron también
influidos por las corrientes marxistas-leninistas y por la propia Revolución
Rusa.
Esto
determinó, para las elites coloniales, una toma de conciencia de su situación
de inferioridad real y un fuerte deseo de liberarse del yugo colonial.
En
muchos casos, los dirigentes de los movimientos descolonizadores fueron
miembros de estas elites indígenas, decepcionadas de Europa y de lo que de ella
se podía esperar. Decidieron volver a sus tradiciones encabezando los
movimientos de liberación de sus pueblos.
Es el
caso de Gandhi y Nehru, De Jinnah (jefe de la Liga Musulmana), en
india; de Sukarno en Indonesia; de Nkrumah en Costa de Oro. Casi todos ellos
estuvieron en las cárceles, conocieron la persecución y el exilio.
Si se considera que el 90% de la población de
India era analfabeta antes de la independencia y que solo medio millón de
personas, en un total de 300 millones de habitantes, hablaba ingles, podemos
comprender cómo los movimientos anticolonialistas fueron dirigidos por estas
minorías educadas.
Pero
los más duramente afectados por el colonialismo y en particular por la crisis
del 29, fueron los sectores populares. La gran mayoría de la población
campesina fue la que más sufrió el descenso de los precios de los productos
primarios. La naciente clase obrera, concentrada en algunas ciudades, vio cómo
bajaban sus salarios y empeoraba su situación laboral.
A esta
situación de empobrecimiento debe agregarse, como otro factor del mismo, el
aumento demográfico. Con el colonialismo, las mejoras en los servicios
sanitarios y la extensión de las vacunaciones masivas habían disminuido la
mortalidad.
La
natalidad continuó siendo elevada. La consecuencia de esta situación fue el
aumento de la miseria y la marginación.
La
conjunción de intereses entre las elites cultas y las masas populares permitió
que se iniciara el movimiento descolonizador. Poco podrían haber hecho las
primeras sin el apoyo de la gran masa de la población.
El
elemento común que unía a unas con otras era su rechazo al racismo y a la
explotación impuesta por el hombre blanco. Los movimientos independentistas
tuvieron, por tanto, un doble objetivo: reivindicar una identidad nacional
(cultural, racial, religiosa) y reclamar el derecho a mejorar su situación
económica y social.
A
estas causas, que pueden denominarse internas, hay que agregarles razones
externas, favorables a la desaparición de los antiguos imperios coloniales.
Las potencias europeas se vieron sensiblemente
debilitadas con la Primera Guerra Mundial y la crisis del 29. Esta situación se
vio agravada a partir de la Segunda Guerra Mundial.
En
1939 no estaba aún clara la pronta desaparición del orden colonial. Pero en
1943, las potencias del Eje habían avanzado prácticamente en todos los frentes
coloniales. Este acontecimiento, no duradero, dada la derrota
posterior del mismo en manos de los aliados (particularmente de Estados Unidos
y de la URSS), tuvo una enorme significación psicológica para los pueblos
coloniales. Demostró que no era imposible derrotar a los colonialistas, que las
antiguas potencias eran débiles y más aún lo iban a ser al
término de la guerra.
Power Point descolonización
Comentarios
Publicar un comentario