Movimiento Hippie
El Movimiento Hippie:
El movimiento hippie tuvo su
origen a mediados de la década de los sesentas siendo la contracultura más
importante de esa época. En realidad, no se sabe con exactitud donde fue le
cuna de los hippies pero se les atribuye a los jóvenes de San Francisco y New
York. La ideología hippie nace como una crítica y rechazo a la sociedad,
condenando su materialismo, su violencia, su mediocridad y su burocracia.
Igualmente, estaban hartos de la segregación racial, del machismo, de la
intervención bélica de Estados Unidos y de todas las leyes y normas que se les
imponía. Es así que, se funda esta nueva contracultura donde los valores que
sobresalen son el amor a la libertad, a la naturaleza y a su espíritu.
Al grito de “haz el amor y no la
guerra”, realmente espeluznaron a las sociedades conservadores de aquel
entonces. Para ellos no había mitos ni tabúes, nada era prohibido, simplemente
hacían lo que querían, aunque este exceso de auto libertad haya provocado que
las drogas se hayan convertido en parte de su identidad. Alucinógenos como la
marihuana y el LSD eran consumidos por jóvenes y a veces hasta por niños; esto
se resume en uno de sus normas que reza así: “Cambia la mente de toda persona
que encuentres. Llévala a la droga o, mejor, al amor, a la sinceridad, al
placer. Sácale del cementerio del confort y del lujo.”
Ya en 1965 el periodista Michael
Fallon había acuñado el término hippie refiriéndose a la reunión de los
beatniks y bohemios. Sin embargo, las primeras comunidades se habían formado en
1964. La novedad descubierta por los medios de comunicación provocó un gran
revuelo internacional. La sociedad escandalizada rechazó y criticó a este grupo
de jóvenes que se escapaban de los cánones sociales previamente establecidos.
No aceptaban la forma de vida que llevaban, la ropa estrafalaria llena de
colores, el pelo largo y su discurso crítico, político y pacifista.
Adentrándose en el mundo hippie
se pueden encontrar a grandes intelectuales disfrutando de buena poesía, a
artistas que plasman en su obra todos sus sentimientos y a políticos con ideas
progresistas y transformadoras. Su aspecto descuidado, con su vestimenta de
colores psicodélicos, sus cabellos largos y sus adornos tomados de la cultura
africana, eran características para distinguirlos. Pues estaban hartos de tanta
formalidad. Hartos de seguir un guion para mantener un diálogo. Hartos de
seguir al pie de la letra una rutina diaria que se les imponían los adultos.
Esta filosofía llevó a que, cada vez, tengan más y más adeptos.
Una de las características de los
“cabellos largos”, era su pasión por el medio ambiente. Con frecuencia se podía
ver a un hippie analizando detenidamente las hojas de un árbol o acariciando un
frutal. Es así que, la flor se convirtió en su símbolo recibiendo el
calificativo de: “los hijos de las flores”. Sin ser un movimiento político,
muchos de los hippies tomaron la filosofía de Jean Paul Sartre, Herbert Marcuse
y Carlos Marx como su cimiento político, auto denominándose la “Nueva
Izquierda”, detestando la propiedad privada, el machismo, el racismo, el dinero
y, aunque no tenían como convicción ayudar a los oprimidos, sí realizaban
frecuentemente obras sociales sin pedir remuneración alguna.
Algunos hippies, convencidos de
la filosofía que predicaron, huyeron de la miseria y opresión de las grandes
ciudades, hacia bosques en las afueras, en donde fundaron comunas en las cuales
su sistema político era el comunismo primitivo. Habían vuelto a sus raíces,
eran los nuevos colonos. Sus refugios eran pequeñas casuchas de adobe o
simplemente tipos; eso no les importaba, vivían de y para la naturaleza.
Su sistema organizativo fue
envidiable. Cada persona realizaba una labor y un trabajo diferente, la
propiedad privada era casi una especie en peligro de extinción y toda la comuna
era concebida como una familia, tanto así que, los hijos eran criados por
todos. El consumo de droga fue menor y menos aceptado, pero la poligamia era
muchas veces aceptada. La espiritualidad llegó a ser su esencia y tomaron
algunos de los valores más importantes de las religiones de Oriente como el
hinduismo, budismo Zen. Y hasta de la cultura africana.
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